Nadie huye de si mismo...

"No te fijes en las limitaciones de los demás.
Fíjate en cómo puedes cambiar las tuyas."
Enseñanza Daikini.
De a poco estoy aprendiendo a "hacerme cargo"...
Hacerme cargo de elegir...
hacerme cargo de sentir...
hacerme cargo de decir...
hacerme cargo de mis actitudes...
Ya no le doy tantas vueltas a las cosas
en un examen analítico infinito como solia hacer...
Hoy me juego por lo que quiero,
hoy actúo guiándome por mis sentimientos...
Pero antes de decidirme por este camino
he elaborado en la práctica la tarea de "hacerme cargo de mis actos"...
Tarea ardua y díficil implica conocerse a sí mismo
y explorar lo sagrado y lo profano que en mi coexiste...
La sensación que me aterraba al principio...
hoy... cede.
Será que estoy comprendiendo que las
"supuestas decepciones" que he considerado
en este tiempo no son más que mis propias fichas apostadas...
... las retiro de la mesa... y el juego comienza una vez más.
Será que comprendí que las "supuestas recompensas"
que todos esperamos... no son más que hacerse cargo
de lo que uno da porque quiere deliberadamente hacerlo
sin esperar nada a cambio...
inconscientes de percibir el engrandecimiento del alma
que dicho acto conlleva...
Será que entendi que es tarea del otro hacer con ello
lo que quiera... pués a mi ya no me pertenece.
Llevando dichas premisas a la práctica de las mal
llamadas "relaciones humanas"... he advertido
que la mayoria de los humanos no estamos preparados
para recibir deliberadamente...
y descubrí la poca ingenuidad que nos queda...
esa que tanto me resisto a perder.
He optado humildemente por "jugar" con estas premisas
y me he sorprendido de muchas actitudes...
Humanos que no pueden explicar sentirse
conmovidos por amor...
Humanos que se desentienden y como si nada...
prefieren mirar hacia otro lado, víctimas de una
autoexigencia devastadora...
Humanos que jamás tendrán iniciativa,
pero sí ocupan la primera fila en dar consejos...
Humanos cobardes y comedidos...
Humanos condenados a la modestia...
Ya no me enojan dichas secuencias,
debo reconocer que últimamente me divierte
ver como luchamos por no reconocernos
imperfectos, limitados, vulnerables, sensibles,
en fin.... humanos.
No llego a entender esta lucha que profesamos...
Será que opté... equivocada o no, loca o no,
(quién podria juzgarlo....) por tirar la primera piedra...
Será que tomé la decisión de mostrarme tal cual soy...
imperfecta, limitada, vulnerable, sensible,
en fin.... humana.
Será que las imperfecciones de los demás,
pugnando por ser escondidas o negadas,
ya no me afectan tanto...
Será que he reconocido las mías...
las acepto y puedo simplemente aceptar las tuyas
aunque te esmeres por no correr el velo que las cubre...
Que bueno reconocerme y disfrutarme
consciente de saber que no soy yo quien se lo pierde...

Un pacto para vivir....

...Un pacto para vivir...
odiándonos sol a sol,
revolviendo más...
en los restos de un amor
con un camino recto a la desesperación
desenlace en un cuento de terror.
Años así.... escapando a un mismo lugar
con mi fantasía....
buscando otro cuerpo, otra voz,
fui consumiendo infiernos para salir de vos,
intoxicada, loca y sin humor.
Si hoy te tuviera aquí...
cuando escribo estas palabras
me sentiría rara...
no tengo sueño, mi panza vibra
tuve un golpe energético,
milagro y resurrección
y eso que estaba tiesa, bajo control.
El poder siempre manda...
si para tenerte aquí habia que maltratarte
no puedo hacerlo...
sos mi Dios...
te veo, me sonrojo y tiemblo...
que idiota te hace el amor
y hoy quiero darle rienda a esta superstición....

Nuestra sombra.... esa cosa oscura que reconozco mia.

"... Mientras, me preguntó:
¿Qué hace mi sombra por la noche?,
¿juega a las escondidas con sus pares?,
¿sabrá que morirá conmigo?,
Entretanto... está aqui, a mi lado...
jamás una amistad me sentó tan fiel...
Y cuando llegue mi fin...
y casi el de ella...
me velará sin llanto..." Julio Arch.
Hemos ignorado ingenuamente que bajo
el mundo de la razón descansa otro mundo.
Cada uno de nosotros proyecta una sombra
tanto más oscura y compacta cuanto menos
encarnada se halle en nuestra vida consciente.
Y esa sombra se nutre de los opuestos que
constituyen nuestra psiquis humana.
Nuestra sombra recoge todo aquello que
pretendemos ignorar o negar como parte
de nosotros, aquello que recortamos de
nuestro ser completo para construir lo que
ofreceremos al mundo como nuestro ego.
Nuestros aspectos negados, en sombra,
pugnan por ser reconocidos, se filtran en
nuestros sueños, en nuestros pensamientos,
aparecen en nuestras actitudes y reacciones.
Nuestra sombra contiene todo tipo de
capacidades potenciales sin manifestar,
cualidades que no hemos desarrollado, ni expresado.
Cuando accedemos a lo rechazado de nosotros mismos,
que yace en nuestra sombra personal,
somos escenario de un acto de redención y
podemos reconocernos como seres imperfectos.
Dificilmente haya un punto de partida más honesto
y trascendente que el reconocimiento de esa
imperfección para iniciar la construcción
de una vida con sentido.
La satisfacción ante un logro,

el milagro de un encuentro,

el sentido del dolor,
y tantas otras cuestiones de existencia
se impregnan de significado cuando
podemos convivir con nuestra perfecta
y asumida imperfección...